Hace un tiempo os hablamos sobre dos asesinos silenciosos o, dicho de otra forma, dos dolencias que en la actualidad sufre muchísima gente, pero que no dan la cara hasta que puede ser demasiado tarde. El primero de ellos era el colesterol. Te recomendamos que leas el artículo que le dedicamos en su día.
En esta ocasión le toca el turno a la hipertensión.
¿Qué es la tensión arterial?
Como todos sabemos, el corazón bombea constantemente sangre a través de los vasos sanguíneos. De esta forma, todas nuestras células pueden recibir oxígeno, nutrientes y eliminar los deschechos.
Como todo fluido que pasa a través de una tubería, la sangre, al ser empujada por ese bombeo del corazón, ejerce una presión sobre las paredes de las arterias. A esto se le llama tensión arterial.
Cuando el corazón se contrae, la sangre sale propulsada del mismo. La presión que en ese justo momento soportan nuestras arterias se llama tensión arterial máxima. Cuando el corazón se relaja, deja de ejercerse tanta presión pero, como todo fluido en un circuito cerrado, sigue ejerciendo algo. A esto se le llama tensión arterial mínima. Todos hemos escuchado en alguna ocasión decir que alguien tenía tanto de máxima y tanto de mínima, ¿verdad? Hacen referencia a esto.
Nosotros también nos referiremos a ellas de esta forma en este artículo.
¿Cuándo podemos decir que tenemos hipertesión?
La tensión arterial, para ser estable, debe encontrarse dentro de unos parámetros estándar. Así pues, se dice que la tensión máxima no debe superar los 120mmHg (milímetros de mercurio, que es la unidad en la que se mide la presión). La tensión mínima no debería bajar de 80mmHg.
Por tanto, si nuestra máxima está en 140mmHg y nuestra mínima en 90mmHg podemos decir que sufrimos hipertensión.
Si tenemos desde 120mmHg hasta 139mmHg y desde 80mmHg hasta 89mmHg se llama pre-hipertensión.
Cuando escuches a alguien hablar de tensión arterial, seguramente le escucharás que tiene, por ejemplo, la tesión en 12/8. Si te fijas, es lo mismo que decir 120mmHg/80mmHg, pero eliminando los ceros y la unidad de medida. Se hace por simplificar y hacerla más entendible.
¿A qué se debe la hipertesión?
No se han encontrado causas específicas en la gran mayoría de los casos, pero existen factores de riesgo que pueden hacer que suframos hipertensión en cualquier momento.
Podemos decir que tenemos mayores probabilidades si:
Aunque, como decimos, lo normal es que la hipertensión aparezca sin más, sin un motivo aparente. Esto se llama hipertensión esencial.
Además, la tensión es más elevada en ciertas razas como la afroamericana, en los hombres, en las mujeres embarazadas, en las mujeres que sufren la menupausia...
¿Qué notarás si tienes hipertensión?
Este es el gran problema. Las personas que la sufren no notan nada extraño en un principio, de ahí que le llamen "asesino silencioso". Cuando da la cara, puede ser demasiado tarde.
Solamente cuando la tensión es muy elevada podemos sospechar que la padecemos porque:
¿Qué problemas causa la hipertensión?
Generalmente, una tensión arterial demasiado elevada hará que nuestras arterias se vayan endureciendo poco a poco debido a que la presión de la sangre provoca que su estructura vaya cambiando. Por tanto, al corazón cada vez le costará más bombear sangre.
El problema es ese: que no notamos nada. Se van endureciendo y endureciendo y el corazón cada vez está más afectado por el esfuerzo.
A partir de este punto, pueden ocurrir algunos de estos casos:
No debemos confundirnos. Podemos pensar que un endurecimiento de las arterias las hará más fuertes y seguras, pero es todo lo contrario. Una correcta elasticidad de las arterias amortigua los efectos de la tensión arterial cuando está dentro de los límites normales. Cuando se pierde elasticidad por el paso de la edad o por hipertensión se vuelven más frágines, pudiendo sufrir cualquiera de los anteriores desenlaces.
¿Es necesario controlar la tensión arterial?
Es una buena práctica el medirnos la presión sanguínea con cierta regularidad para detectar cambios y, por tanto, tomar medidas antes de que se produzcan daños.
Como en todo, prevenir es mejor que curar.
Hoy en día existen tensiómetros digitales muy sencillos de utilizar por cualquier persona y a precios realmente asequibles. Además, es un gasto pequeño en comparación con lo que deberás sufrir si te llega la hipertensión.
Es recomendable tomar la tensión arterial al menos una vez al año, pero tendremos que ir aumentando la frecuencia con la edad, dado que es normal que la hipertensión aparezca conforme vayamos avanzando a la tercera edad.
¿Cómo prevenir, reducir o incluso eliminar la hipertensión?
Mantener lejos la hipertensión es muy fácil, pero requiere ciertos cambios en tu vida, ya que la sociedad actual lleva un ritmo complicado y muy rápido, lo que hace que descuidamos hábitos saludables como una alimentación equilibrada. También ahora somos más sedentarios que antes y esto no ayuda en nada. Uno de los secretos es practicar algo de ejercicio.
Consejos que te ayudarán a conseguirlo:
Bueno, pues ya sabes. Confiamos en que ahora que tienes mucha más información no caigas en la trampa de este asesino silencioso: la hipertensión.
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